La osteopatía es una práctica considerada del ámbito de la paramedicina, y que surge de la idea de que el organismo debe funcionar como «un todo» en sus múltiples órganos, a través de una integración vital del funcionamiento de cada uno de ellos.
En ella, se aborda la salud desde una perspectiva multidimensional y holística, en oposición a los estudios reduccionistas típicos de las ciencias médicas. De esta forma, cada uno de los elementos que conforman nuestro cuerpo dejan de estudiarse por separado, para pasar a ser tomados en cuenta de manera integral, donde la alteración en uno de sus miembros afecta indirectamente al resto.
A finales del S.XIX, Andrew Taylor Still desarrolló esta nueva tendencia basándose en 8 principios básicos que servirían de germen para el desarrollo de la osteopatía: el aspecto holístico de nuestro cuerpo, la relación entre la forma y función de un órgano, la capacidad de autorregulación y autocuración del organismo, la importancia de la circulación y la inervación, el componente somático de la enfermedad y la influencia de los agentes externos sobre el equilibrio interno.
La osteopatía es una práctica totalmente reconocida por países avanzados como Reino Unido, Estados Unidos y Francia, donde se imparte como carrera universitaria.
Beneficios de la osteopatía
A través de la manipulación osteopática, se llevan a cabo una serie de prácticas y técnicas que están orientadas a aliviar el dolor, consiguiendo mejorar el estado de bienestar y salud, restaurando las funciones de nuestro organismo a su estado original.
Y es que, según sus principios, a través de la manipulación del sistema músculo-esquelético, es posible curar afecciones en órganos internos o incluso enfermedades. De esta forma, conseguiríamos revitalizar el riego sanguíneo o devolver el grado de movilidad normal a una articulación dañada, consiguiendo la mejoría del paciente.
Tratamiento osteopático
Durante el tratamiento osteopático se tratan una serie de disfunciones, hipomovilidad o hipermovilidad, que puedan padecerse en la columna vertebral, las articulaciones, el sistema muscular, órganos internos, el sistema nervioso, e incluso, el cráneo.
Así, se busca recuperar el equilibrio corporal que se ha perdido, promoviendo la autocuración con distintos mecanismos terapéuticos: técnicas de energía muscular, movilización, manipulaciones articulares, HVLT, streching, funcionales, entre muchas otras. El tratamiento se realizará de forma personalizada, llevándose a cabo una evaluación corporal completa, que discrimine el tipo de lesión y donde siempre se tenga en cuenta al paciente.