Antes de nada, debemos tener en cuenta que el abuso sexual infantil existe y está presente en nuestra sociedad, como una lacra que permanece escondida en las profundidades de nuestro conocimiento.
Hay que tener en cuenta además, que en gran parte de las ocasiones, el abusador se encuentra dentro del núcleo familiar o resulta conocido para la víctima, lo que provoca un sentimiento de vergüenza, culpabilidad y desconfianza todavía mayor para el pequeño.
Si la situación es repetida, el niño puede llegar a normalizar este tipo de conductas hasta el punto de que más adelante, durante la adolescencia o la juventud, entienda las relaciones sexuales desde la perspectiva de un castigo.
A continuación, se muestran 10 signos psicológicos de abuso que pueden ser útiles para su identificación en padres o personas allegadas, que sospechen de este problema.
– El pequeño posee cambios bruscos de actitud, en los que se mezcla la violencia, la agresividad y la euforia
– Tendencias o deseo de suicidio y autolesiones: cortes, raspaduras, golpes… puede que entremezcladas en el momento de juego
– Llanto fácil y ansiedad ante cualquier pequeño suceso
– Ansiedad frente al contacto físico con personas conocidas o extraños
– Desapego hacia los demás. Signos de frialdad incluso con seres queridos
– Pesadillas o insomnio durante la noche. Puede aparecer un problema de enuresis (el pequeño orina en la cama)
– Sentimientos o conductas de hipersexualidad o seducción, frente a juguetes o personas
– Pueden haber cambios en el rendimiento escolar o falta de relación con sus compañeros
– Cambio en el carácter a introversión, tristeza y ausencia
– En algunos casos, puede ocurrir que el pequeño cree durante sus juegos un personaje con una personalidad diferente, que le ayude a «escapar» del problema.
Si crees que algún familiar o pariente puede estar pasando por esta situación, contáctame y realiza una consulta sin compromiso.
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