Una noticia publicada esta misma semana en los medios de comunicación, hizo público el descubrimiento de un tratamiento natural frente a la ansiedad y el dolor, a través de la modificación de una molécula milenaria presente en el aceite de oliva, conocida como «ácido oleico».
El ácido oleico pertenece a la familia de los ácidos grasos monoinsaturados de la serie omega 9, capaces de reducir el riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares, a través de sus múltiples beneficios como agente cardioprotector.
Ahora, un grupo de investigadores del Hospital Nacional de Parapléjicos ha descubierto algo sorprendente. Y es que, unas simples modificaciones en la estructura del ácido oleico lo convierten en una potente herramienta terapéutica contra el dolor y la ansiedad, actuando como un analgésico capaz de disminuir la hipersensibilidad frente al estímulo doloroso, y reducir la sensación de hiperalgesia.
Por ello, este descubrimiento supone un gran avance en el terreno de la psicología del dolor, pudiendo trasladarse en un futuro muy cercano al ámbito clínico, y convertirse en un remedio eficaz y paliativo para aquellos pacientes que experimentan situaciones negativas de hiperalgesia, con la consiguiente ansiedad que ello les produce.
En concreto, uno de los aspectos más sorprendentes de la investigación es el hecho de que el ácido oleico, actúa sobre las células microgliales reduciendo la inflamación y la sensación de dolor. De esta forma, el problema se ataca desde raíz sin necesidad de otros métodos paliativos artificiales que supongan una alteración del estado de salud del individuo.
Confiemos en que este considerable avance, sea recibido por la comunidad médica y científica tal y como se merece, para que todos aquellos pacientes que sufren día a día de ansiedad y dolor, puedan recurrir a otra terapia complementaria que disminuya su malestar.
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