Ahora que te encuentras inmerso en la rutina de trabajo, es posible que intentes hacer frente a la depresión postvacacional. Ya toca olvidarse de los días de sol, de la piscina y de las noches infinitas. Tras ello, aparece lo que todos conocemos como rutina laboral, y con ella la depresión postverano.
Uno de los primeros signos de la depresión postvacacional es el estrés. Estrés por recuperar hábitos perdidos, por tener que ceñirnos a un horario, asumir un mayor número de responsabilidades… Ir al cine, darte un masaje, hacer yoga o simplemente reflexionar sobre las emociones. Es muy importante centrarnos en restablecer nuestro organismo a su equilibrio original.
Otras formas de hacer frente a la depresión postvacacional pasan por la tonificación y el ejercicio físico. Si hacemos deporte regular basando en la tonificación de los musculos, conseguiremos que nuestra sangre circule mejor y aparte de sentirnos más saludables tendremos mejor humor. Un aspecto ideal para no caer en ningún tipo de depresión estacional.
Un masaje bien dado después de la dura jornada laboral puede ayudarte a equilibrar las emociones sufridas. Aunque el masaje te lo apliques tu mismo en el sofá o aseo de tu casa. Mimando un rato tu cuerpo, concediéndote unas caricias y queriéndote un poco más, podrás sentirte mucho más relajado y feliz, créeme. Y si ese masaje te lo aplicas en la zona de la cara, pies o espalda, ninguna zona de tu cuerpo te lo agradecerá más.
Hacer frente a la depresión postvacacional puede parecer a priori una tarea demasiado compleja para uno mismo. Sin embargo, en esos momentos en los que el estrés se apodera de nosotros, no hay nada mejor que conectar con nuestro «yo» interno y escuchar nuestras necesidades más profundas.
Y ya sabes, si necesitas una mano amiga que escuche, aquí me tienes 😉
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