Es posible que en muchas ocasiones te hayas planteado, la posibilidad de tomar decisiones difíciles sin miedo a equivocarte. Puedes experimentar temor, ansiedad, e incluso un sentimiento momentáneo de abandono. Pero tranquilo, es totalmente normal.
En cada momento de tu vida, te encontrarás en situaciones que resolver, muchas de ellas sin ninguna importancia. En la mayoría de los casos, serán probablemente temas banales, pero en determinadas etapas se convertirán en relevantes, pues de tu decisión, dependerá el rumbo de tu vida.
¿Qué puedo hacer para aprender a tomar decisiones difíciles?
Lo mejor que podemos hacer en estos casos, es atreverse, aunque a veces no resulte fácil, pues no siempre tenemos claro lo que más nos conviene. Es cierto que podremos equivocarnos, pero ese riesgo no tiene que paralizarnos. Siempre tendremos la ocasión de corregir el error y aprender de él.
Podemos imaginarnos a nosotros mismos, tomando una opción, esta imagen nos puede ayudar a decidir, cuál es la decisión más favorable para nosotros.
Nunca debemos tomar una decisión importante de manera rápida, y sin meditarla suficientemente. Ahora bien, tampoco nos conviene quedarnos estancados pensando y reflexionando, sin resolver nada, ya que esto nos puede crear frustración, problemas de seguridad en nosotros mismos, y falta de autoestima.
Temer al fracaso, es propio del ser humano, por este motivo muchas veces nos dejamos influir por la opinión de los demás, sin prestar la suficiente atención, de lo que realmente queremos o nos conviene.
Aprender a tomar decisiones difíciles forma parte del proceso natural de madurez, en el que vamos adquiriendo una mayor consciencia de nosotros mismos, y de la influencia que nuestras opciones terminan adquiriendo en nuestra vida diaria.
Ante todo, no dejes que la ansiedad propia del miedo hacia lo desconocido llegue a bloquear tu enorme potencial de decisión.
Se tu mismo. Reflexiona, piensa y actúa.
Deja una respuesta